¿25 o 50 puntos? Las opciones que evaluó el Banco Central en la reunión en que llevó la tasa a un nuevo máximo
El Consejo del ente emisor coincidió en que “el problema inflacionario seguía presente, pues la inflación estaba en niveles elevados, la persistencia era alta y las expectativas de inflación de mediano plazo de distintos agentes permanecían muy por sobre la meta de 3%”.
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El Consejo del Banco Central decretó en su última reunión de política monetaria que las alzas a la tasa -hoy en 11,25%- habían llegado a su fin, y así se lee en la minuta publicada este jueves por la mañana.
La decisión de subir en 50 puntos base el tipo rector fue unánime, pero en la cita también se evaluó la posibilidad de aplicar un incremento menor, de solo 25 puntos.
“Todos los consejeros concordaron en que la información recogida desde la publicación del IPoM delineaba un escenario central donde las presiones inflacionarias de mediano plazo irían cediendo en línea con lo previsto”, se lee en el acta, que detalla que, a su juicio, esto representaba “un cambio importante respecto de varias de las reuniones anteriores, donde, en general, los datos iban mostrando la necesidad de una política monetaria cada vez más restrictiva para asegurar la convergencia de la inflación a 3% en dos años plazo”.
En este cuadro, “también hubo consenso en que el problema inflacionario seguía presente, pues la inflación estaba en niveles elevados, la persistencia era alta y las expectativas de inflación de mediano plazo de distintos agentes permanecían muy por sobre la meta de 3%”, dice la minuta.
Si bien alertaron sobre el impacto del alza del tipo de cambio en los precios, acotaron que esta vez sería de menor magnitud dado su origen externo. Y, en lo externo, los consejeros coincidieron en un empeoramiento de las condiciones, lo que implicaría un menor impulso para la economía chilena, y que también significaba que había aumentado la probabilidad de observar escenarios de riesgo negativos.
Todos los miembros del Consejo concordaron en que, en línea con lo expresado en el IPoM de septiembre, la TPM ya estaba en torno a su nivel máximo. “Por ello, se debía evaluar un ajuste de la tasa que permitiera llegar a un nivel de contractividad suficiente para mantenerla por el tiempo necesario para evaluar el impacto de los cambios en el escenario macroeconómico y asegurar el logro de la meta de inflación en el horizonte de dos años”, dice el acta.
Las alternativas
Ahí surgieron las dos opciones. Los consejeros consideraron que la opción de aumentar la tasa en 25 puntos “daba más espacio para evaluar la evolución del escenario macroeconómico, particularmente por los desarrollos del escenario externo y su impacto en la actividad y las presiones inflacionarias de mediano plazo”, y destacaron que también “podía evaluarse positivamente si la ponderación de los riegos externos era muy elevada”.
Pero, contra argumentaron que “adoptar esta opción podía dar una señal errónea respecto de la lectura que el Consejo estaba haciendo sobre los riesgos para la inflación, en particular respecto de la persistencia inflacionaria”.
Así, hubo acuerdo en el grupo presidido por Rosanna Costa de que aplicar un ajuste de 50 pb “situaba la TPM en el nivel necesario para asegurar la convergencia de la inflación a 3%, dado el actual entorno macroeconómico”. Y, al mismo tiempo, “permitía dar una señal coherente con la preocupación del Consejo por la persistencia inflacionaria y reducir los riesgos asociados a cambios significativos en el escenario externo”.
Otro elemento que favorecía a esta opción fue que “hacía más fácil dar un sesgo claramente neutro a los próximos movimientos de la tasa, y permitía enfatizar que permanecería en ese nivel por el tiempo necesario para asegurar la convergencia de la inflación a la 3% en dos años plazo”.